Hoy en día, conseguir un piso de alquiler en Bilbao se ha convertido en
una tarea harto complicada. Y la empresa se hace aun más difícil para
los estudiantes. Por eso, con objeto de facilitar el alojamiento a
quienes cursan estudios superiores, difundiendo al mismo tiempo "valores
y hábitos de convivencia ciudadana, tanto sociales como
ecosostenibles", el Ayuntamiento puso en marcha hace dos años el
programa 'Viviendas Municipales para Jóvenes Solidarios',
un plan que también cuenta con el apoyo de la UPV/EHU y el proyecto
europeo 'Rehabitat' para la mejora de la calidad de vida y la cohesión
social.
"El programa ofrece pisos municipales por un módico alquiler a cambio de realizar labores comunitarias", explica Marcos Muro, director general de Viviendas Municipales de Bilbao. Así, los estudiantes que acceden a estos pisos ubicados en los barrios bilbaínos de Otxarkoaga y San Francisco, "perfectamente acondicionados y con cocina completa y mobiliario básico", sólo han de abonar 40 euros mensuales (más los gastos de agua y luz). Como contrapartida, se comprometen a desarrollar todo tipo de talleres y proyectos solidarios durante cuatro horas semanales fuera del horario académico en colaboración con entidades sociales como Bizitegi, Tendel, Cáritas o Susterra.
"Durante el curso 2011-2012 hemos tenido un total de 27 alumnos -18 del Estado y 9 de otros países como Chile y Argentina- cohabitando en 10 viviendas", afirma Muro. Todos ellos son menores de 35 años, "han cursado en la UPV estudios de posgrado ligados a asuntos sociales o solidarios y han sido seleccionados entre más de 100 candidatos".
Talleres y un huerto urbano
Héctor Silva, chileno de 31 años, es una de estas personas que han colaborado para "mejorar la convivencia y dinamizar el tejido social" del barrio en el que ha vivido, en este caso San Francisco. "Me enteré del proyecto a través de Internet y me pareció muy interesante. Yo soy ingeniero, y ya había desarrollado anteriormente trabajos solidarios relacionados con el medioambiente, por lo que me decidí enseguida a formalizar la inscripción", asegura.
Silva ha vivido en una casa situada en la Plaza Corazón de María, y se muestra muy contento tanto con el alojamiento como con sus trabajos solidarios. "He ayudado a los chicos de la asociación Bakuva con algunas materias científicas, y también he colaborado con Susterra impartiendo charlas sobre medioambiente para adultos y creando un huerto urbano ecológico". Tareas que le han servido para conocer la heterogeneidad de 'San Fran' y encariñarse con sus vecinos: "Hemos logrado cosas positivas para el barrio, y la gente nos conocía como 'los chicos de las viviendas solidarias'". Él tiene claro que, si se queda en Bilbao, le gustaría "repetir la experiencia" y continuar "con los proyectos de este año, agregando otros nuevos y trabajando por la interacción entre las distintas asociaciones".
Fernando Galindo, por su parte, ya conoce lo que es repetir. Este colombiano, licenciado en Ciencias Sociales y con sendos másteres en Estudios Internacionales y Cooperación Internacional, supo del programa a través de sus compañeros, y lo vio "como una oportunidad" que no podía dejar pasar: "A nivel personal, me ha reportado muchas cosas; y a nivel profesional, me ha servido para poner en práctica todo lo aprendido en mis estudios".
Del discurso a la práctica
Durante el curso 2010-2011, Galindo estuvo viviendo en Otxarkoaga y colaboró con la asociación Tendel creando "programas de radio junto con los chicos del barrio". Este año, ya en San Francisco, ha trabajado con Susterra "en una asesoría jurídica para personas en situación de vulnerabilidad", y también ha llevado a cabo "talleres de autoestima y formación personal", además de desarrollar otras actividades orientadas a fomentar la convivencia y participar en la creación del huerto urbano junto con otros vecinos y asociaciones del barrio.
Galindo cree que, hoy más que nunca, "es necesario trabajar la solidaridad, dejando la indiferencia de lado y superando los estereotipos". Para ser solidario, "hay que pasar del discurso a la práctica", asegura convencido.
Una labor con la que algunos jóvenes podrán continuar a partir de los meses de septiembre y octubre, cuando se pondrá en marcha el tercer curso de 'Viviendas Municipales para Jóvenes Solidarios'. "El balance hasta ahora es muy positivo", asevera Marcos Muro. "Colaborar con la sociedad es muy importante, y al mismo tiempo paliamos la escasez de recursos de los estudiantes". De cara al futuro, "seguiremos trabajando para mejorar porque, de un modo u otro, siempre se puede hacer más por los demás".
"El programa ofrece pisos municipales por un módico alquiler a cambio de realizar labores comunitarias", explica Marcos Muro, director general de Viviendas Municipales de Bilbao. Así, los estudiantes que acceden a estos pisos ubicados en los barrios bilbaínos de Otxarkoaga y San Francisco, "perfectamente acondicionados y con cocina completa y mobiliario básico", sólo han de abonar 40 euros mensuales (más los gastos de agua y luz). Como contrapartida, se comprometen a desarrollar todo tipo de talleres y proyectos solidarios durante cuatro horas semanales fuera del horario académico en colaboración con entidades sociales como Bizitegi, Tendel, Cáritas o Susterra.
"Durante el curso 2011-2012 hemos tenido un total de 27 alumnos -18 del Estado y 9 de otros países como Chile y Argentina- cohabitando en 10 viviendas", afirma Muro. Todos ellos son menores de 35 años, "han cursado en la UPV estudios de posgrado ligados a asuntos sociales o solidarios y han sido seleccionados entre más de 100 candidatos".
Talleres y un huerto urbano
Héctor Silva, chileno de 31 años, es una de estas personas que han colaborado para "mejorar la convivencia y dinamizar el tejido social" del barrio en el que ha vivido, en este caso San Francisco. "Me enteré del proyecto a través de Internet y me pareció muy interesante. Yo soy ingeniero, y ya había desarrollado anteriormente trabajos solidarios relacionados con el medioambiente, por lo que me decidí enseguida a formalizar la inscripción", asegura.
Silva ha vivido en una casa situada en la Plaza Corazón de María, y se muestra muy contento tanto con el alojamiento como con sus trabajos solidarios. "He ayudado a los chicos de la asociación Bakuva con algunas materias científicas, y también he colaborado con Susterra impartiendo charlas sobre medioambiente para adultos y creando un huerto urbano ecológico". Tareas que le han servido para conocer la heterogeneidad de 'San Fran' y encariñarse con sus vecinos: "Hemos logrado cosas positivas para el barrio, y la gente nos conocía como 'los chicos de las viviendas solidarias'". Él tiene claro que, si se queda en Bilbao, le gustaría "repetir la experiencia" y continuar "con los proyectos de este año, agregando otros nuevos y trabajando por la interacción entre las distintas asociaciones".
Fernando Galindo, por su parte, ya conoce lo que es repetir. Este colombiano, licenciado en Ciencias Sociales y con sendos másteres en Estudios Internacionales y Cooperación Internacional, supo del programa a través de sus compañeros, y lo vio "como una oportunidad" que no podía dejar pasar: "A nivel personal, me ha reportado muchas cosas; y a nivel profesional, me ha servido para poner en práctica todo lo aprendido en mis estudios".
Del discurso a la práctica
Durante el curso 2010-2011, Galindo estuvo viviendo en Otxarkoaga y colaboró con la asociación Tendel creando "programas de radio junto con los chicos del barrio". Este año, ya en San Francisco, ha trabajado con Susterra "en una asesoría jurídica para personas en situación de vulnerabilidad", y también ha llevado a cabo "talleres de autoestima y formación personal", además de desarrollar otras actividades orientadas a fomentar la convivencia y participar en la creación del huerto urbano junto con otros vecinos y asociaciones del barrio.
Galindo cree que, hoy más que nunca, "es necesario trabajar la solidaridad, dejando la indiferencia de lado y superando los estereotipos". Para ser solidario, "hay que pasar del discurso a la práctica", asegura convencido.
Una labor con la que algunos jóvenes podrán continuar a partir de los meses de septiembre y octubre, cuando se pondrá en marcha el tercer curso de 'Viviendas Municipales para Jóvenes Solidarios'. "El balance hasta ahora es muy positivo", asevera Marcos Muro. "Colaborar con la sociedad es muy importante, y al mismo tiempo paliamos la escasez de recursos de los estudiantes". De cara al futuro, "seguiremos trabajando para mejorar porque, de un modo u otro, siempre se puede hacer más por los demás".
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