El Ayuntamiento aprueba las cuentas con veinte propuestas menores de PSE y PP
El Ayuntamiento de Bilbao ya tiene presupuesto para afrontar el ejercicio más difícil, marcado por un fuerte descenso de los ingresos y por la necesidad endeudarse para terminar las grandes obras. El pleno aprobó ayer las cuentas de 2010 con los votos de PNV y EB, la abstención «responsable» del PSE y el rechazo frontal del PP, que repartió sus críticas entre el gabinete de Azkuna y los socialistas. El equipo de gobierno ha aceptado veinte enmiendas parciales de la oposición por importe de 605.000 euros, lo que equivale al 0,12% del dinero que gestionará el próximo año.
Son 500 millones de euros, el mismo presupuesto que en 2007, lo que da una idea del alcance de los recortes. La portavoz del PNV, Ibone Bengoetxea, recordó que «ninguna otra corporación de Euskadi y muy pocas del conjunto del Estado» han aprobado ya sus presupuestos en esta coyuntura. El de Bilbao está marcado por el «realismo» y la «prudencia», que en su opinión «mantiene y aumenta el gasto social» y garantiza la calidad de vida y «la continuidad de las inversiones».
El Consistorio cuenta con la ventaja de tener sus cuentas «saneadas». En 2010 recurrirá al endeudamiento por primera vez desde 1997. La operación, por importe de casi 23 millones, contribuirá a finalizar las obras de La Alhóndiga, el Teatro Campos o el Palacio de los Deportes. El Ayuntamiento actuará con «cautela» porque a partir de 2011 tiene que afrontar la devolución de 82 millones a la Diputación -en tres anualidades- por los números rojos de fondo Udalkutxa.
«La auténtica alternativa»
Del PP: Se han pactado once enmiendas para fomentar el turismo, el autoempleo, el asentamiento del pequeño y mediano comercio en los barrios, los negocios familiares o el control de las ayudas sociales. También se impulsarán campañas preventivas sobre seguridad. En total, 225.000 euros.
Del PSE: Se han pactado nueve propuestas sobre la contratación de parados, el comercio minorista, las ayudas para emergencias sociales, el plan 'Imagina Otxarkoaga' o las subvenciones para la tercera edad y los clubes deportivos. Se crea un programa de educación para la paz. En total, 380.000 euros
La portavoz del PP, Cristina Ruiz, defendió su enmienda a la totalidad y aprovechó para presentarse como «la auténtica alternativa» al equipo de Azkuna frente al «simulacro que nos quieren vender los socialistas». En su discurso hubo casi más reproches a sus compañeros de bancada que al gobierno local, que tiene mayoría absoluta para sacar adelante las cuentas. La decisión del PSE de abstenerse en la votación «es una respuesta a los cambalaches del PNV en Madrid. Los socialistas son gente agradecida», apuntó.
En cuanto al presupuesto local, la concejala acusó a PNV y EB de «convertir la seguridad ciudadana en cabeza de turco» al retrasar la incorporación de cuarenta policías municipales y lamentó el «escaso protagonismo» de Lan Ekintza cuando «en Bilbao vamos a llegar a los 25.000 parados. ¿Cómo esperan salir de la crisis si no bajan los impuestos ni aumentan las inversiones? ¿Cómo es posible que de cada cien euros 84 se gasten en levantar la persiana? Tenemos una persiana de titanio», espetó. «Dejemos de gastar dinero en dar ayudas sociales a quien no las merece, en comprar plazas de parking que no se venden, en limpiar terrenos que no sabíamos que estaban contaminados y en organizar comidas que los bilbaínos no se pueden permitir», apostilló en referencia a algunos de los asuntos más polémicos de la vida municipal.
«No compartimos su visión catastrofista de la ciudad», contestó Bengoetxea. La representante del PNV se preguntó si «el PP puede dar ejemplo de austeridad» y comparó la deuda del Ayuntamiento de Bilbao -«28 millones en 2010»- con la de municipios gobernados por los populares como Madrid («7.000 millones») o Valencia («777»). La enmienda a la totalidad del Partido Popular fue rechazada por todos los demás grupos y de las 57 parciales que presentó se aceptaron once, tras rebajar su importe a un total de 225.000 euros. La mayoría refuerzan programas económicos sobre autoempleo, turismo o comercio. Con el PSE se han negociado nueve enmiendas que suman 380.000 euros, sobre empleo, asistencia social o un programa de educación para la paz.
La «revolución» de Rubial
Txema Oleaga echó mano del diccionario para contestar a la representante del PP y leyó la definición de la palabra cambalache: «trueque considerado con desprecio, jactancia, satisfacción, pesar u otro movimiento de ánimo». «No sé cuál es el estado de ánimo del PP», ironizó. Para explicar su postura, recordó una frase de Ramón Rubial, «la mejor revolución se hace desde el boletín oficial», y un argumento más prosaico, «es mejor un mal presupuesto que no tener presupuesto» en tiempos de crisis.
El portavoz socialista no escatimó críticas al gabinete Azkuna, «que está cómodo en la administración del día a día pero no es capaz de pensar en el futuro. Nos endeudamos para acabar y no para financiar nuevos proyectos, el presupuesto se agota en sí mismo», censuró. También reprochó al gobierno su «falta de sensibilidad hacia los barrios» y su negativa a buscar otro modelo de financiación de las grandes obras tras desinflarse la venta de viviendas que tantos recursos aportaba en época de bonanza. Algo que a su juicio implica un riesgo, «que se pueda llegar a parar el futuro de la ciudad».
En el turno de réplica, Bengoetxea criticó la gestión de la crisis del Gobierno central y defendió el presupuesto municipal como elemento de «estabilidad institucional» e «incentivo de la economía». Su socia de gobierno, Julia Madrazo, aseguró que «la ciudad está llena de proyectos a medio y largo plazo».
Las discrepancias no han impedido a los socialistas realizar un «ejercicio de entendimiento» en coherencia con los acuerdos que ha alcanzado su partido en otras instituciones. «No he entendido nada, Txema», saltó Cristina Ruiz. «Te abstienes y pones a bajar de un burro los presupuestos del gobierno». En el turno de explicación de voto, la portavoz popular hizo una alusión directa al alcalde, que se mantuvo al margen de las discusiones y se limitó a marcar los tiempos de cada intervención. Dijo que 2010 «será un año de inauguraciones, aunque no sé si los bilbaínos estarán de ánimos para celebrarlo». Con la apertura de equipamientos «emblemáticos» como La Alhóndiga o el Teatro Campos, Azkuna «pondrá la guinda a su mandato. Es un presupuesto a su medida, pero hasta los deportistas de élite consagrados acaban dejando el olimpo y se les juzga por sus últimas decisiones», concluyó. Tampoco entonces el alcalde saltó a la arena del debate político, y dio por terminada la sesión.
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